Comenzó el mes de abril y Valledupar tiene una característica especial porque el sonido de un acordeón, una caja, una guacharaca y una voz parrandera hacen posible que todo tenga ambiente de Festival de la Leyenda Vallenata, que este año se realizará del 26 al 30 en homenaje al artista Carlos Vives.
Precisamente sobre la fuerza del vallenato clásico el Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, indicó: “No sé qué tiene el acordeón de comunicativo que cuando lo oímos se nos arruga el sentimiento”.
De igual manera la exministra de Cultura, Consuelo Araujonoguera, anotó que “Cuando comienza abril en medio de la dura realidad nacional nuestros acordeoneros, cajeros, guacharaqueros, compositores, verseadores, cantantes y piloneras nos confirman una vez más que hay empresas grandes, pujantes, famosas y ricas, pero que la mejor, la única empresa del espíritu que sobrevive y se mantiene pese a todo y más allá de todo, se llama Festival Vallenato”.
El presidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, Rodolfo Molina Araujo, al aproximarse el máximo evento de acordeones en Colombia indica. “Para todos los vallenatos esta es una fecha especial porque es la apertura de las puertas de Valledupar para recibir a miles de visitantes que vienen a untarse del vallenato clásico y de la amabilidad de todos. El Festival de la Leyenda Vallenata es la identificación de Valledupar y la mejor manera de expandir por el mundo nuestro querido folclor”.
Círculo eterno del retorno
Cuando comienza el mes de abril aparece el círculo eterno del retorno de juglares, de Reyes Vallenatos y toda esa amplia familia del folclor que a través de sus acordeones, cajas, guacharacas, cantos y versos le pone la nota precisa a una música que nació en los corrales y que hoy se pasea por el mundo. Muy bien lo profetizó Consuelo Araujonoguera: “La música vallenata con el paso de los años se impondrá en el mundo”.
En este contexto folclórico cultural, Carlos Vives anota. “Me sumergí en el vallenato y me trasladé a muchos lugares del mundo llevando el mensaje de esos queridos juglares”. Esa apuesta musical, según sus vivencias, despierta felicitad y sonrisas en cualquier lugar del universo.
El artista samario siguió hablando y avizoró lo que se aproxima en pocos días. “Valledupar tiene un compromiso muy grande con el vallenato, el mundo necesita más vallenatos. Me siento parte de esta gran familia y que todos vamos a trabajar por lo mismo. El Festival de la Leyenda Vallenata es lo más hermoso. Es el regalo más importante que Valledupar tiene para dar. Tenemos todo en nuestras manos para hacer de la Capital Mundial del Vallenato una ciudad turística por excelencia, por nuestra naturaleza y nuestra música. El Festival es la oportunidad más bonita, es nuestro Disney Vallenato”.
Al final, Carlos Vives prometió en el acto inaugural del 51° Festival de la Leyenda Vallenata poner en escena un viaje por el tiempo y apostarle a regalar nostalgias, alegrías y esos cantos que nunca pasan de moda porque desde una Provincia nacen como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto.
El canto de Rafa Manjarrés
Se acerca el evento de mayor convocatoria cultural del país y lo mejor es recordarlo a través de su himno: “Ausencia sentimental”.
En Bogotá, corría el mes de abril del año 1977 cuando el estudiante de derecho Rafael Manjarrés Mendoza, no pudo viajar a Valledupar por falta de recursos económicos. Se perdió el Festival Vallenato y esto lo llevó a contagiarse de una enfermedad que no tenía cura: “Ausencia sentimental”.
Esa nostalgia puso en pena su alma y lo llevó a componer la canción que nueve años más tarde se convirtió en la ganadora del Festival de la Leyenda Vallenata, y después fuera declarada como el himno del evento.
Aquellos versos de Rafa Manjarrés, los llevó a la pasta sonora el cantante Silvio Brito, dándole la entonación y el sentimiento adecuado.
El cantautor guajiro recuerda aquel momento en que sentado en el suelo y teniendo como compañera a una guitarra, hizo la añoranza de aquel suceso que lo catapultó en el mundo vallenato.
“Esa historia me vivía persiguiendo recordando a varios compañeros que vivíamos en un apartamento en Bogotá, y se pusieron de acuerdo para venirse al Festival Vallenato. Como yo también quería estar presente llamé a mi papá para que me mandara plata. Su respuesta fue contundente. No había plata y que nada tenía que venir hacer para acá. Que siguiera estudiando y me dejara de locuras”.
Ya comienza el Festival, vinieron a invitarme
ya se van los provincianos que estudian conmigo
ayer tarde que volvieron preferí negarme
pa” no tener que contarle a nadie mis motivos.
Yo que me muero por ir y es mi deber quedarme
me quedo en la capital por cosas del destino…
Porque el medio de mis viejos es tan humilde
que me dan para venirme y en diciembre regresar.
encerrado temblando escribí una letra
que detallen mi tristeza mi ausencia sentimental…
Rafa, se emociona hablando de esa historia que no se cansa de repetir porque cada año vive en los corazones de miles de amantes del folclor que por diversas circunstancias no se pueden asomar al balcón de los recuerdos donde un acordeón suena con mayor fuerza.
“Ausencia sentimental” es el himno de los ausentes, es la más fiel radiografía de la nostalgia, el sentimiento en trance del que se encuentra lejos y la memoria viva que busca en las añoranzas un presente igual o mejor, pero que al recibir “las razones de sus compañeros”, todo se torna diferente.
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